Algunos Episodios de la Vida de un Hombre de Moda

Por Juan Esteban Blancas.
Creo ser acreedor a que se me tenga por todo un hombre celebre, aunque no sea el autor de Fausto, ni el hombre de la mascara de hierro. Me llamo, segun afirman, Esteban Blancas, y nací no sé en qué barrio del Estado de México.
De niño siempre imaginaba que viviría mucho tiempo, que llegaría a viejo, tal vez unos cincuenta o sesenta años, y que después de ese tiempo sería inútil querer vivir mas, pues mi cuerpo seguramente estaría entrando en estado de descomposición. Hoy que he cumplido diecinueve ya no tengo esa certeza incluso me molestaría llegar a tal estado.

Tengo la extraña sensación de que la muerte me acechara entre los treinta y cinco y cuarenta años, pero esto no me causa espanto pues tengo planeado como transcurrirán mis últimos dieciséis años.

Entre mis ocupaciones en la vida esta la de ser músico, una banda que esta formada por “el lalo”, “el Carlos” y “yo”, aunque por ahora corre el riesgo de estancarse, yo me encargare de llevarla por nuevos horizontes.

Para el 2011 tendremos un par de discos, en ese entonces tendré unos veinticinco años; y tres años antes habré terminado la carrera, la cual no ejerceré debido a las múltiples giras de la banda y el trabajo continuo. La banda estará en la cumbre un par de años, luego el alcohol se encargara de destruirla y el sueño terminara.

Yo tendré suficiente dinero para vivir el resto de mi vida de los intereses de los intereses y así poder dedicarme a mi verdadera pasión “ser un domador de leones”. Pero la cacería indiscriminada de animales acabara por extinguir la especie y otro eslabón de la cadena se romperá, en dicha crisis a mis veintinueve años tendré que ejercer otra profesión, el trabajo ideal de todo hombre, un trabajo que requiera de un gran esfuerzo, donde las habilidades están siempre en constante crecimiento, un trabajo que requiera una gran inteligencia para hacer las cosas bien y cuando terminemos al final de cada día, exhaustos por la gran carga de tareas, podamos expresar nuestra gran satisfacción de ver terminado un buen trabajo, pero además de arduo, el trabajo también será muy agradable, conoceré a mucha gente, estaré en contacto con las mujeres mas bellas, el sueldo será excelente… ¿ya adivinan cual es ese maravilloso empleo? ¡…así es… seré un actor de películas xxx…!

Estaré solo unos años en la industria de la pornografía, mi carrera artística terminara con una gran obra de arte, donde escribiré, produciré, dirigiré y actuare en mi propia película, tendrá un nombre como “La Pasión de Esteban” o quizá suene mejor “La ultima tentación de Esteban” o algo así como “Mas grande que Jesús” .

A los treinta y cuatro años me iré a vivir a un lugar en las montañas, he pensado que Sils-Maria seria ideal, así mi ya muy delicada salud podría encontrar un poco de alivio. Caminaría durante horas, después me sentaría bajo la sombra de un árbol y empezaría a filosofar sobre una hormiga, una piedra, acerca del amor y el porque de vivir.

Después de largos meses de soledad, nacería en mi un sentimiento egoísta, y en mi afán de conservar la especie y favorecer a la evolución, desearía tener descendencia, pero a diferencia de muchos no querría que este fuese un lazo de unión de un matrimonio fingido…

Mi vida estaría entonces a punto de llegar a su límite, acercándose por la izquierda y por la derecha, luego no seria continua en una curva de tiempo, lo cual implicaría que ya no existo. ¿Cómo moriré? Estoy casi seguro que mi muerte será algo verdaderamente espantoso, hay muchas formas horribles de morir ¿cómo elegir solo una?, pero ojala que no sea atropellado por un auto, porque a mi me dan mucho miedo los autos, y eso creo que no podría soportarlo.

En el último suspiro de vida yo no vería miles de recuerdos pasar frente a mi, estoy seguro que solo veré con una gran claridad una lapida, igual a la de Don Quijote, que dirá:

“Yace aquí el hidalgo fuerte
que a tanto extremo llegó
de valiente que se advierte
que la muerte no triunfo
de su vida con su muerte.
Tuvo a todo el mundo en poco;
Fue el espantajo y el coco
Del mundo, en tal coyunturaMorir cuerdo y vivir loco”